Audiciones

Selección Nacional

La Selección Nacional se realiza anualmente para niños de 9 a 11 años que viven en Brasil o en el exterior y no necesitan tener conocimientos de danza y se divide en dos etapas.

► Preselección: En la primera etapa, profesionales de la Institución visitan escuelas públicas, ONG, proyectos sociales y escuelas de danza (según la programación de la Escuela) o por videoconferencia, para que el proceso sea democrático y despierte el interés por la danza, analizando habilidades físicas y artísticas como la flexibilidad, la proyección escénica, la postura y la morfología. Los candidatos con mayor potencial son seleccionados para participar en la segunda etapa, que se realiza presencialmente en la Escuela, en Joinville.

► Selección: En la última etapa, todos los niños preseleccionados se reúnen para la gran prueba final. Los candidatos son evaluados de dos maneras. La primera evaluación es la evaluación médico-fisioterapéutica, en la que fisioterapeutas, médicos y profesores de educación física analizan la postura, la estructura y las habilidades físicas y motoras, la frecuencia cardíaca y respiratoria, el porcentaje de masa corporal y el somatotipo, la fuerza, los músculos y las articulaciones. La segunda evaluación es la evaluación artístico-musical y cognitiva, en la que profesionales de la danza, músicos y profesores evalúan las habilidades técnicas y artísticas, la musicalidad, la proyección escénica y el rendimiento intelectual de los candidatos.

La combinación de todos estos datos profesionales nos permite identificar a los niños más adecuados en este momento para estudiar y desarrollarse con el método Vaganova, aplicado en la Escuela Bolshoi. Tras realizar todas estas pruebas, publicamos la lista de candidatos aprobados a través de la página web y las redes sociales.

Llamada especial

Otra forma de ingresar a la Escuela Bolshoi es a través de la Convocatoria Especial, destinada a bailarines con conocimientos de danza a partir de los 11 años. El proceso también se da en dos etapas y se puede realizar de manera presencial o por video según la programación de la institución.

► Preselección: En una primera fase, las candidatas participan en una clase de ballet clásico, con ejercicios de barra y centro, donde se evalúa nivel técnico, equilibrio, musicalidad, giros, saltos y elasticidad, además del uso de zapatillas de puntas para niñas.

► Convocatoria especial: En la segunda fase, los candidatos aprobados acuden a la sede de la Escuela Bolshoi (en una fecha previamente programada), donde participan en clases de danza clásica durante cinco días, integrándose en un grupo específico para su edad. Durante este período, se realizan evaluaciones de fisioterapia, analizando músculos, articulaciones y posibles desviaciones posturales, además de evaluar las habilidades específicas para el ballet clásico. El último día, el candidato es evaluado por un panel compuesto por profesores de la Escuela Bolshoi. Una vez finalizado el proceso, la lista de candidatos aprobados se publica en los canales oficiales de la Institución.

¿Por qué participar en el proceso?

Ingresar a la Escuela de Teatro Bolshoi en Brasil es una oportunidad única para muchos niños. Allí, los alumnos aprenden disciplina y responsabilidad, y se desarrollan profesionalmente. El ballet requiere mucha disciplina, concentración y perseverancia, lo que contribuye a su desarrollo profesional, además de a comprender su rol en la sociedad y a convertirse en ciudadanos más conscientes y preparados para la vida. La carrera tiene una duración de ocho años y, en promedio, los niños pasan seis horas diarias en la escuela, entre actividades curriculares y ensayos. Los alumnos de primer año tienen pocos ensayos porque están empezando a desarrollar sus habilidades escénicas, pero ya forman parte de un programa de cuatro horas de clases que abarca desde danza clásica hasta danza popular, danza brasileña, gimnasia y asignaturas teóricas sobre música y arte. Además, los niños reciben una beca 100% gratuita, con comidas complementarias (merienda y almuerzo), uniformes, transporte escolar y, por supuesto, formación para convertirse en bailarines profesionales. La vivienda y la educación regular corren a cargo de la familia.